Regreso Envalentonado

Columna Más Análisis
Por Sergio Armando López Castillo
Chihuahua, México.

Genio y figura hasta la sepultura, reza un conocido y viejo refrán.

En esta ocasión le sienta a la perfección al Secretario de Desarrollo Industrial, Alejandro Cano Ricaud, quien recién se reincorporó a sus funciones.

De inmediato se notó el contraste entre este candidato a Alcalde perdedor y su ex contrincante por0 la candidatura priísta, Carlos Carrera Robles.

El Segundo, luego de haberse quedado a la zaga en esa interna tricolor, producto de una serie de marrullerías y alquimias de ese proceso partidista, que favorecieron justamente a Cano Ricaud, regresó a Desarrollo Social, tranquilo, serio, ecuánime, sin hacer declaraciones estridentes.

Simplemente se puso a trabajar, en silencio, con mesura…

En cambio, Alejandro Cano fue ruidoso, presuntuoso. Quiso verse espectacular o no se sabe que cosa.

Fiel a su estilo de clase, la del privilegio, Alejandro volvió a cometer un error, el primer día de su regreso al gabinete. Como que de plano, no aprendió nada de su dolorosa derrota política del 1 de julio anterior.

Dejó entrever que pensará en el proyecto del 2010 a la gubernatura. Hágame el “cabor fabrón”. Como si sus bonos políticos estuvieran para bollos.

Claro les dijo el gobernador Reyes Baeza a todos sus colaboradores, que se calmaran en sus ansias adelantadas de suspirar o aspirar al 2010, y que se pusieran a laborar con humildad, sin declarar a los medios sin ton ni son, y Cano es lo primero que hace.

Él dice que regresa con espuelas más grandes, que se calló del caballo, se levantó, pero que está listo para volverle a entrarle.

Lo que es la soberbia y la cerrazón! Hasta qué grado llega un político necio, engreído, falto de sensibilidad y tacto político y social. Todo por el afán de estar en el poder, seguir en él y pretender más poder.

En fin, un regreso desafortunado, que mete ruido a la sucesión adelantada y que va a contracorriente de la tónica que ha marcado el gobernador, como jefe político para los priístas en el estado.

Es definitivo que la sencillez y el sentido común, no se le dan a este empresario, metido a la política, sin tino ni fortuna.