domingo, 23 de noviembre de 2008

Lo amenazan, pero no se detiene


Por: Sergio Armando López-Castillo .
Chihuahua, México.

La gente comenzó a preguntarse adentro y afuera del Centro de Convenciones: ¿A quién cuidan estos guarros?, ¿Va a venir el gobernador a la clausura del Foro Universitario?, ¿Serán guaruras del ministro Góngora Pimentel, que él trae de la Ciudad de México?...

Ni una ni otra cosa, respondieron algunos de los organizadores del evento que concluyó el viernes con la exposición de Murray, un filósofo colombiano que aseguró que en el Distrito Federal hay más policías que en Bogotá, y que aumentar el número de éstos no resolverá el problema de la inseguridad y el narcotráfico en ningún país.

Los tres hombres y una joven mujer de traje oscuro, con pequeños audífonos al oído, que se intercomunicaban entre sí, a quien cuidaban fue al escritor Francisco Martín Moreno, quien tomó parte como primer conferencista del viernes en ese encuentro universitario.

¿Pues quién es ese señor tan protegido? Se cuestionaban algunos alumnos muy jóvenes de las instituciones de educación superior, quienes sólo sabían del nombre del novelista investigador, por el programa de mano que les fue entregado por Flor María Vargas, a la entrada del salón de las exposiciones magistrales.

Pocos podían atinar que Moreno, hombre frágil, ahora con lentejuelos notables y caminado pasmado y suave, era el conferencista que estaban siendo protegido por esos cuatro agentes de seguridad que no se le despegaron ni un segundo durante la ponencia.

…”Es que recibió amenazas graves horas antes de presentarse en el espaciosos centro de Convenciones y Exposiciones de Chihuahua”, comentaron otros de los co-organizadores del Foro. –Por eso el secretario Ejecutivo del Colegio de Abogados de Chihuahua, Santiago De La Peña Romo, pidió al gobierno del Estado el apoyo de seguridad para el escritor, se ahondó en la sala.

Efectivamente, Francisco Martín Moreno fue advertido de que no se presentara en el lugar del evento de reflexión universitaria, porque peligraría su vida. Tal vez de la autoría de esas felonías nunca se sepa, pero hay quienes aseguraron que son obra de grupos trasnochados de la ultraderecha mexicana a quienes Moreno les resulta incómodo por sus libros profundos.

Entre otros, el escritor es autor de: “México Negro”, “México Acribillado”, “Cicatrices del Viento”, “La disculpa”, “Mexicanos a Contraluz”, “Grandes Traiciones de México”, “Cartas a un Mexicano”, y otras novelas políticas de gran interés como “México mutilado” y México Sediento”.

En esos volúmenes, bien documentados y acuciosos, Moreno afirma que ha pretendido rescatar y poner de nuevo a la historia nacional, muchos “letreros” que los mercenarios del país le quitaron, para tergiversar y cambiar las cosas en México, sobre todo en lo que toca a las tres grandes heridas de la nación; a saber, la Independencia, la Reforma y la Revolución.

Por cierto, en este último capítulo de reciente celebración, en su charla, sereno, seguro y sin miedo, Francisco Martín Moreno dio datos que dan la conclusión de que la gesta revolucionaria no inició ni tuvo su momento más álgido y real el 20 de noviembre de 1910…

No. Aseguró el novelista, y explicó: “la auténtica Revolución Mexicana tuvo su momento toral en el año de 1913 cuando Victoriano Huerta con el apoyo del presidente Wilson de Estados Unidos, asesina a Francisco Indalecio (No Ignacio, como dice el texto oficial de las escuelas) y se provoca una gran conflagración que tuvo como saldo poco más de 1 millón de muertos”.

Justamente sobre la historia ordinaria que “muchos traidores” han escrito, y que se ha enseñado a muchas generaciones en México, Francisco Martín, se refirió a que sólo en partes es verdadera; en otras está dicha con imprecisiones, verdades a medias y engaños, sostiene pensativo en el pódium.

Según el escritor, considerado uno de los más temerarios y con mayor número de ediciones y ejemplares vendidos en el país, parte de su objetivo en la confección y publicación de sus trabajos, es precisamente descubrir los episodios reales de nuestro pasado histórico, para no repetir los errores y ver con precisión al futuro.

Tal vez por esa causa, el novelista de la historia nacional, sea uno de los pocos creadores de la literatura que mayor asedio recibe de fuerzas reaccionarias, fundamentalmente de la Iglesia Católica y el Ejército, lo que confirma él mismo cuando afirma que “pero no importa, no queda otro remedio que investigar y contar la verdad, estoy conciente que al cabo no soy monedita de oro para caerle bien a todos”, parafraseando a un popular cantautor mexicano, ya desaparecido.

Sobre esas dos grandes fuerzas e influyentes sectores nacionales – Jerarquía eclesiástica y la milicia- Fco. Martín Moreno afirma convencido, que en sus indagatorias literarias, siempre se los ha encontrado a través del tiempo histórico mexicano, por lo que consideró que ambos “poderes” son ineludibles en sus textos, aunque hablar de sus intervenciones y traiciones, resulte peligroso.

Finaliza con una especie de exhorto al auditorio, en el sentido de que México y su gente tiene que dejar de ser un país temeroso, arisco, inseguro, para pasar al de la conciencia, la reflexión, la acción y la protesta. Luego invita a que aprendamos a protestar ante las farsas y los engaños que nos tratan de imponer quienes detentan el poder con intereses inconfesables y además torciendo la propia historia… Agradece y se despide; sale del lugar y los guardias lo siguen.

Afuera, custodiado por dos camionetas blancas sin matrícula visible, le acompaña Santiago De La Peña, quien discretamente les indica a los centinelas que sigan su auto con emblema BMW, hacia la Calesa.