martes, 3 de julio de 2007

El Defecto Cano


Columna Más Análisis
Por Sergio Armando López Castillo
Chihuahua, México.

Fiel a la tónica de prácticamente toda la precampaña y luego la campaña constitucional, el candidato virtualmente perdedor de las elecciones a Presidente Municipal de Chihuahua, sostiene una actitud de triunfalismo exacerbado, como lo hicieron él y su equipo, mediante la publicación de encuestas en las que siempre “aventajó” a Carlos Borruel, hasta por 20 puntos.

Con el resultado real, actual, de la votación ciudadana expresada ayer en las urnas a favor del candidato del PAN, la reflexión inmediata es, sí los sondeos y las encuestas serán dignas de crédito por parte de la sociedad, incluidos los medios de comunicación que las publican, casi como verdades.

El avasallamiento de que hizo gala el PRI y su candidato a la Alcaldía, mediante la estrategia de sentirse “ganadores” desde el comienzo mismo de la campaña electoral culminada ayer, así como el remarcar el tono de un regreso al poder municipal, con toda la experiencia y la garantía de resultados, habida y por haber, fue otro factor que causó un efecto contrario en los chihuahuenses que le dieron la espalda en los comicios.

También es importante señalar que el ex abanderado priísta y sus principales asesores, en los que estuvo visto que no se incluye al gobernador José Reyes Baeza –quien hábilmente se mantuvo al margen de la refriega política- con el exceso de confianza que los caracterizó a lo largo de la pre- y luego la campaña, desalentaron gran parte de la participación ciudadana, advirtiendo en todo momento, que “ya habían ganado”; “que estaban arriba 15 o 20 puntos”, “que no había otra más que votar por Cano, porque ya la estaba seguro”, etc.

Oteo aspecto que marcó una clara revertida hacia el “efecto Cano”, fue la intolerancia con que se condujo hacia los grupos, medios informativos y analistas que señalaron que el Arquitecto Carlos Carrera Robles, fue siempre mejor candidato que él, para competir, sin mancha ni reproche, en una elección constitucional de mayor nivel y credibilidad para el tricolor y la Alianza.

Pero fundamental factor en su contra fue, que aquel proceso interno priísta, que hicieron pasar como de “unidad”, “cohesión”, “suma total del priísmo interno hacia el “efecto Cano”, nunca se dio. De todos hacia adentro fue conocido que el PRI Estatal y el Comité Municipal de ese partido, manipularon la contienda, la “cargaron”, la maquillaron y la manejaron a placer, pasando por encima de un hombre – Carrera Robles- que creyó de buena fe, en la democracia y participación franca interna de su partido.

No obstante, ese hombre íntegro, valiente, incólume, nunca pataleó, ni vociferó en contra del proceso, siendo institucional y respetuoso en esa adversidad y desigual competencia, que bien le armaron sus propios compañeros de partido, incluido el hoy, prácticamente candidato perdedor Cano Ricaud.

Podrían decirse muchas más cosas de la causa de la caída de máscaras del equipo inventor del “ahora “defecto Cano”, pero con esas cuantas, el lector podrá darse una idea clara, de que las encuestas y las estrategias basadas en la parafernalia publicitaria, se caen fácilmente cuando no hay sustento de credibilidad, apertura, franqueza, lealtad y buena fe en las propuestas políticas de los candidatos.

También es destacable que Carlos Borruel Baquera, cuasi candidato electo a la Presidencia Municipal de Chihuahua, supo reponerse de toda una maquinaria política y publicitaria que se armó en su contra, para impedir su ascenso en las preferencias ciudadanas.

Su trabajo fue en todo momento ecuánime, ordenado, inteligente y sereno, pero sobre todo muy creativo, para contrarrestar un aparato que acaparando a más de la mitad de los espacios en medios de comunicación de la capital, creó una realidad virtual sobre el proceso electoral que hoy, en justo momento, se cayó ante la verdad inexorable de la voluntad auténtica de los chihuahuenses.

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