martes, 7 de agosto de 2007

Jorge Hank y su look chachachá


Columna: Política Cero
Por Jairo Calixto Albarrán
Milenio Diario


Tengo sentimientos encontrados. Por un lado, me llena de felicidad que Carlos Slim haya sido declarado el hombre más rico del mundo, dejando en un lejano segundo lugar a Bill Gates a pesar de todo el arrastre mediático que le da su avorazado modelo negocios y la corrección política que le caracteriza. Es emocionante saber que por lo menos un compatriota se está salvando del naufragio; es incomprensible que haya tantos envidiosos que bajo la lógica de los crustáceos, diría Hugo Sánchez, sacan a pasear sus resentimientos y bordan auténticos culebrones sobre algo que les debería llenar de orgullo: que un mexicano tenga más lana que Zhenli Ye Gon.

Por otra parte, es triste que uno de los grandes del humorismo pando, Jorge Hank Rhon, haya sido derrotado en Baja California de manera más vergonzosa que el Cruz Azul cuando había prometido que ganaría tres a uno. O sea, justo cuando iba por San Isidro procedente de Tijuana, al pobre muchacho chicho de la película gacha lo bajaron de a feo de su pedestal. Claro que el fracaso no se le puede atribuir solamente a los votantes que no supieron valorar la calidad de tan culto y fino candidato –defensor de la ideología que hay en la ludopatía– sino a la falta de humildad que azotó las sinuosas costas de su vida. O sea, quién le habrá echo la maldad de sugerirle que en el mero día de la elección dejara descansar su chaleco rojo de la suerte para vestirse de padrote de la calle de La Merced. Digo, después de andar cargando con el de pene de burro toda la campaña, a la hora buena aparece con ese look chachachá. Así no se puede. Bueno, tampoco le ayudó rodearse de gente dudosa y desprestigiada como El Niño Verde que con sólo saludar le arruina la reputación a cualquiera. Y para colmo don George tuvo la malsana idea de dejarse asesorar por Robertico Limonta Madrazo quien, sin ninguna piedad, lo llevó a tropezarse con la misma piedra con la que el tabasqueño topó el año pasado: la maestra Gordillo.

Cómo es posible que una chucha cuerera de la talla de Jorge Hank, el mismo que le dio vuelta a las acusaciones y señalamientos a los que respondía al ritmo de “A ver, pruébenlo, pruébenlo”, se haya olvidado que Elba Esther es más peligrosa que Condoleezza Rice y Lady Apache juntas.

Y todavía el chillón de Beltrones quiere impugnar la elección, cuando su candidato, Hank Rhon, ante los resultados, muy valientemente y aprevenido, se escondió tras la vitrola.

No hay comentarios: